20/2/11

Lo que la plancha puede salvar


Tiene mucha importancia la forma de planchar las prendas para que el acabado sea perfecto, pero no es menos importante la plancha antes de la prueba. Si nosotros cogemos una prenda ya hilvanada y preparada, el género nos dará un resultado negativo, pues la plancha según en que géneros debe ser la primera en su manipulación.



Generalmente el tejido de lana no presenta el fabricante sin desplacar. Sin desplacar quiere decir que el género no ha sido tratado al vapor para el completo ajuste de la fibra al ponerlo al mercado: si este género no ha sido desplacado en su primera fase, antes de pasar a la confección de las prendas debemos tener cuidado de hacerlo individualmente, o sea en cada tallaje y antes de cortar el modelo. Para dos clases de tejido hay que pensar hacerlo:

1-      Todo lo que trate de lanas que no tengan fibras artificiales o sintéticas.
2-      En toda clase de algodones que no lleven nylon; mejor dicho, todo género que pueda encogerse al ser lavado.

Así pues, debemos tener cuidado en esta primera parte, que puede ser un fracaso en el ajuste de estas prendas.

Si se trata de género que es de algodón, sea cual fuera el tejido deberán mojarlo dentro de un barreño con agua limpia, sin desplegar y tenderlo una vez haya pasado toda una noche en remojo, y antes de que éste quede completamente seco, cuando le falta un poco para secarse, deberá plancharse con todo cuidado con una plancha graduada, siguiendo el recto hilo de la tela y el contrahílo; jamás deberá plancharse colocando la plancha en sentido diagonal.

Cuando se trata de prendas de lana, éstas deberán tratarse de la siguiente forma: se abrirá la tela completamente, ya que estas vienen dobladas, y se cogerá una placa grande bien mojada y bien escurrida, y con la plancha grande graduada, la pasarán sobre la placa con el género puesto al revés de forma que la cara de la tela quede en contacto con la mesa de planchar; se procurará al pasar la plancha, que la humedad de la misma se filtre a la tela de forma que al recibir el vapor vaya encogiendo la fibra que pudiera encogerse después de lavarse.

Esta operación de desplaque de género deberá hacerse todo de una vez y bien regular, no dejando un trocito de tela sin que el vapor de la plancha lo haya pisado. Las industrias de la confección en serie están ya provistas de este tratado del tejido por las máquinas de vapor que tienen en sus talleres.

Esperamos que os sea útil la larga explicación, así a nadie le dará el susto de una vez hecho un traje al lavarlo se encoja o otros problemas previsibles.

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