14/3/11

La prueba del fuego


Muchas veces, conseguimos telas sin saber que son. En ese caso, ¿como podemos asegurarnos de clase es y no se nos encogerá al lavarla? ¿será suficiente elástica? ¿cómo podremos costarla y como no?



Una de las pruebas más determinantes para distinguir cuáles son las fibras que han intervenido en la fabricación de un genero, pasa por el fuego. Se trata de observar como arden los hilos en algún trozo de la tela. Por ejemplo:

El lino arde como el algodón, el rayón, y la viscosilla: hacen llama y arden fácilmente oliendo a papel quemado y apenas dejan cenizas.

El rayón acetado, al quemarse parece que se derrite y gotea; los bordes se enroscan y funden, oliendo a azúcar quemado. (De hecho aprovechando esta propiedad es habitual quemar las cintas con rayón acetado en forma de cintas de mochila y cordones de capucha evitando que se desfilen luego.)

La lana arde lentamente y huele a pelo o plumas quemadas; cesa de arder si se apaga la llama y deja cenizas grasientas como bolitas quebradizas.

La seda arde con lentitud también, como un rescoldo, se convierte en una bola negra y huele a lana quemada pero son menos intensidad.

El nylón y demás sintéticas, con fuego huelen como si se quemase lacre; se derriten al arder y se convierten en una bolita ligera, parduzca y dura. (Esto se pueden usar como hemos dicho en el rayón acetado).

De todos modos no todos los métodos de distinción de telas pasa por la destrucción. En otra ocasión hablaremos de la prueba del agua o de la rotura.

(Se que para esta semana teníamos un video pensado pero debido a problemas técnicos debemos atrasarlo U_U Gomen nasai)

2 comentarios:

  1. La veritat es que és molt curiós. No sabia això que tenien diferents formes de cremar-se ò0ó
    Enhorabona per la informació Tsuna, és molt útil >w<

    ResponderEliminar
  2. Te he otorgado un premio, pasalo a buscar ^^

    ResponderEliminar